29 agosto, 2007

Educación y salud: ¿un año perdido?

Agosto de 2007. Un salón de clases en algún rincón del Perú rural. Las paredes corroídas y las carpetas estropeadas sirven de telón de fondo para la clase que dicta un profesor mal pagado y agredido verbalmente por el presidente de su propio país. Los pocos alumnos que aún conserva y que no han abandonado los estudios, siguen teniendo enormes dificultades para leer, y sufren de desnutrición. La cruda realidad de un salón de clases humilde no parece haber cambiado mucho desde que Alan García fuera elegido presidente. A más de un año de gobierno aprista, la pregunta es: más allá del tenso conflicto entre el gobierno central y el magisterio, más allá de agendas postergadas, como la tan anunciada descentralización de la educación, ¿cuenta el país con una política educativa coherente e incluyente, que acabe con esta situación?

En el papel, la respuesta es sí. En enero de 2007, en un hecho aplaudido por los especialistas, se aprobó el Proyecto Educativo Nacional (PEN), un conjunto de políticas educativas con miras al año 2021, que fue elaborado de manera pluralista, y en donde el Consejo Nacional de Educación tuvo una destacada participación. En la práctica, sin embargo, el PEN no se está ejecutando. El Instituto de Pedagogía Popular (IPP) analizó 53 políticas educativas señaladas por el gobierno y encontró que sólo siete cuentan con un presupuesto específico, y únicamente en 22 –menos de la mitad— se ha ejecutado alguna acción. Treinta y cinco medidas anunciadas por el gobierno han sido sólo eso: simples anuncios, y aún no se establecen presupuestos.

Esta resolución, promulgada en enero pasado, norma el proceso de admisión a los institutos pedagógicos públicos y privados. Su noble propósito es asegurar que los futuros docentes que ingresen a estudiar en dichos institutos cuenten con un buen nivel de educación previo. Aunque de primera impresión la medida puede sonar bien, el hecho es que la norma reduce las posibilidades de los jóvenes indígenas de acceder a los institutos pedagógicos. «La pésima calidad de la educación que brinda el Estado hace que sea altamente probable que pocos o ningún postulante de los pueblos indígenas logre aprobar el examen del MED», afirma la antropóloga y educadora Lucy Trapnell, experta en educación bilingüe intercultural. «La norma marcaría el inicio del fin de la educación intercultural bilingüe en la Amazonía peruana». ¿Y el gobierno está hablando de inclusión?

En su mensaje del 28 de julio, el presidente Alan García anunció que hacia fin de año se alfabetizará en todo el Perú a más de 591 mil personas, un anuncio que pone de manifiesto la importancia que su gobierno le da a la lucha contra el analfabetismo. «La voluntad del gobierno existe; y, de hecho, el gobierno aprista ha avanzado en conformar núcleos de alfabetización en regiones como Ayacucho y Huancavelica», comenta el investigador del IPP, Sigfredo Chiroque. «Pero, evidentemente, no se están atacando las verdaderas causas que originan el analfabetismo, señaladas en el PEN». Por ejemplo, la alta tasa de retiro de estudiantes en los primeros años de primaria, cuando apenas están aprendiendo a leer y escribir. «El analfabetismo es como una inundación. El gobierno sólo está limpiando el charco de agua, pero no está cerrando el caño que provoca la inundación», concluye Chiroque.

¿Quién cura al sector salud?

La situación en el sector salud no es mejor. «Hemos perdido un año para llevar adelante las transformaciones indispensables que se requieren en el sector salud», sostiene el doctor Julio Castro Gómez, actual coordinador nacional del Foro Salud. Entre las reformas que brillaron por su ausencia este primer año de gobierno está, por ejemplo, la integración del sector. «Salud no puede continuar siendo un sector donde existen diversos segmentos, como el Ministerio de Salud, la Seguridad Social, las sanidades de las Fuerzas Armadas y Policiales, los gobiernos regionales, etc.», explica el doctor Castro. «La dispersión que existe en el sistema de salud no permite un mejor uso de los recursos, y así es imposible alcanzar las metas nacionales».

Tampoco se ha avanzado mucho en la descentralización del sector, a pesar de la promesa presidencial de que a fines de 2007 se concluirá la transferencia de competencias a los gobiernos regionales, y a pesar también de la anunciada municipalización de la salud —un proceso complejo que deberá tomar en cuenta las peculiaridades de los más de 190 municipios provinciales y 1,800 distritales del país—. De acuerdo con el doctor Castro, el proceso de descentralización es contradictorio y trabado. «Si se transfieren postas y centros de salud con equipamiento limitado, sin personal profesional o técnico adecuado, y sin presupuesto, ¿podrán asumir los municipios la función administrativa del sector salud en estas condiciones?», se pregunta.

Realidad al descubierto

Esta realidad de los centros de salud quedó al descubierto en la zona afectada por el terremoto del pasado 15 de agosto. Pero la realidad difícilmente podía ser de otra manera, dado el ínfimo presupuesto que recibe el sector salud, que en la actualidad apenas llega al 1.6% del PBI —colocando al Perú como el país de América Latina que menos recursos destina a ese sector—. En las próximas semanas, el Poder Ejecutivo debe enviar su propuesta de presupuesto para 2008, la que se espera alcance por lo menos a superar el 2.5 % del PBI.

Un paso fundamental para la gran reforma del sector salud es el anhelado proyecto de Aseguramiento Universal Sostenible, que, según ha anunciado el presidente García, será enviado por el Poder Ejecutivo al Congreso como parte de «la revolución de la salud». Un punto central en este proyecto es el subsidio público total o parcial de la atención médica a las personas cuyos ingresos se encuentren por debajo del mínimo legal. El actual seguro sólo atiende al 17% de la población económicamente activa (PEA). El presidente García, sin embargo, todavía no ha explicado en detalle cómo funcionará el aseguramiento universal. «Sólo ha prometido que pronto enviará un proyecto de ley al Congreso, donde ya existen siete proyectos de ley de las diversas bancadas, incluyendo la aprista», advierte el doctor Herberth Cuba García, vocero de la Asociación Médica Peruana.

Ante este panorama, el especialista Pedro Francke concluye que el gobierno no tiene una visión estratégica en el tema del aseguramiento universal, y que los temas de interculturalidad, equidad de género y derechos se encuentran ausentes de la política de salud. «Las iniciativas que se han dado en el sector son aisladas y se encuentran dentro de un marco de poco presupuesto y de la inexistencia de un plan de gobierno».

(Publicado en "La Revista Agraria", Nº86, agosto 2007)

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