24 marzo, 2012

Subasta sin gloria



Una seria irregularidad empañó la reciente subasta de tierras del proyecto de irrigación Olmos: un acaparamiento de tierras que involucra a un poderoso grupo económico el Grupo Gloria, infringiendo de manera evidente las reglas de la subasta y poniendo en duda su transparencia. Y todo ello sucedió bajo la pasiva mirada del gobierno regional de Lambayeque y del Comité de la Subasta de Tierras de Olmos. Cuando el pasado 9 de diciembre se realizó la esperada subasta, las bases vigentes establecían una condición importante: que un postor podía comprar lotes en un solo sector de los tres que estaban en subasta. Esta regla impedía que un solo inversionista o grupo económico acaparare todas las tierras del proyecto Olmos.

Sin embargo, ese día, el Grupo Gloria se adjudicó tierras en más de un sector, a través de otra empresa, vinculada al grupo: la Corporación Azucarera del Perú (Coazúcar).

Diez fueron las empresas que se adjudicaron las 19 mil 900 hectáreas de la primera subasta de tierras de Olmos. Coazúcar obtuvo 11 mil 100 hectáreas en el sector A; Gloria S.A., 4 mil 500 hectáreas en el sector B; mientras que las otras ocho empresas se repartieron las 4 mil 300 hectáreas restantes. Es decir, el Grupo Gloria se adjudicó 15 mil 600 hectáreas en dos sectores diferentes, a pesar de que las bases claramente lo impedían. Para el abogado Jaime Escobedo, coordinador del Observatorio de Tierras e investigador del Cepes, dicho grupo económico utilizó la argucia de dos personas jurídicas distintas, vulnerando las condiciones de la subasta. «Si un postor puede crear diferentes personas jurídicas para acaparar lotes en más de un sector, entonces ¿para qué poner esta regla, si va a ser tan fácil sortearla?», se pregunta Escobedo.

El congresista José León Rivera es más severo. «Todo esto habla de que con ellos [el Grupo Gloria] no se mete la justicia ni la autoridad regional, porque tienen poder económico. Esto demuestra cómo funcionan las cosas cuando el poder económico está por encima de cualquier norma o autoridad. Si mañana un empresario del agro quiere comprarse todo Tacna o Moquegua, puede hacerlo », advirtió el presidente de la Comisión Agraria del Congreso.

Gran parte de la responsabilidad recae en el Comité de la Subasta de Tierras de Olmos, que actuó con desidia al permitir que el Grupo Gloria compre tierras en más de un sector. Al ser consultado sobre la irregularidad, el presidente de dicho comité, Fernando Cillóniz, confirmó en un primer momento su desconocimiento, pero luego defendió el argumento de que son dos postores con personas jurídicas distintas.

«Yo preferiría que las tierras de Olmos estén en varias manos y no solo en una; sin embargo, hubo pocas empresas interesadas en la subasta; incluso, han sobrado tierras. Yo prefiero la concentración de tierras al abandono», argumentó Cillóniz. Más aún, no descartó que el Grupo Gloria y sus subsidiarias participen nuevamente en la segunda subasta de las tierras de Olmos, que se realizará en marzo. En efecto, ahora han modificado las reglas de la subasta: un postor ya no estará impedido de comprar lotes en más de un sector, lo cual evidentemente favorece un mayor acaparamiento de tierras por parte de las corporaciones agrícolas. Intentamos comunicarnos con representantes de la empresa para obtener su versión, pero se abstuvieron de hacer comentarios.

El gobierno regional de Lambayeque tiene ahora la responsabilidad de dar explicaciones sobre esta irregularidad. Sin embargo, este hecho es solo una muestra más del actual proceso de concentración y acaparamiento de tierras que se vive en el país. «Existe un componente de poder. Quien tiene más tierras está en mejor posición de imponerse. Lo que ha pasado es que el Grupo Gloria se sentía seguro de que podía comprar tierras en más de un sector y que nadie iba a reclamar », expresa finalmente el abogado Escobedo. Una vez más se comprueba que en el Perú las reglas no se aplican para los que gozan de gran poder económico.

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