22 agosto, 2012

Al fondo no hay sitio para los pueblos indígenas



“Un anciano me dijo una vez que la única forma de que un indígena apareciera en las noticias era si él o ella estaba dentro de las cuatro D, por ‘drumming, dancing, drunk or dead’” (percusión, danza, ebrio o muerto, en inglés) (1)

Todas las noches hago el acostumbrado zapping por los diversos canales de la televisión peruana buscando alguna noticia interesante o que sea presentada de manera inteligente y diferente. Sin embargo no solamente los temas parecen similares en todos los noticieros de televisión: el tratamiento informativo y los propios conductores también parecen ser fabricados en serie.
¿Algún día tendremos a un narrador o narradora de noticias que represente culturalmente a los diversos pueblos indígenas del Perú? ¿Cuándo tendremos a un anchorman (2) que sea diferente y que rompa el molde?

Y es que hasta la misma forma de presentar las noticias que realizan los narradores, parece buscar una perturbadora homogeneización: Ternos con su clásica corbata, trajes sastre de boutique, peinados engominados, voces sumamente engoladas, acentos neutros, lecturas monótonas del telepronter. Nos han acostumbrado a que esa sea la manera “correcta” de enterarse de las noticias. Cualquier otra forma alternativa o diferente parece haber sido negada. ¿Contaremos algún día en los canales nacionales con un narrador o narradora de noticias con un acento que no sea el limeño?  ¿Con una forma diferente de vestirse que no sea la occidental? ¿Cuándo podremos ver a una narradora indígena de Puno que vista su tradicional gorrito, su multicolor manto y su pollera de gala? ¿Y que sea a nivel nacional, a todo color y en HD?

Claro, algunos defensores del establishment comunicacional saltarían a decir que esas son posiciones demagógicas y que son simbolismos inocuos que no servirían de mucho. Pero es precisamente a través de la construcción de estos “detalles” simbólicos que se forjan los primeros pasos para desestabilizar esta hegemonía de lógica y color  occidental que impera en los medios de comunicación peruanos. Más allá de meternos a la discusión antropológica de qué es lo indígena, deberíamos empezar a preguntarnos ¿Por qué no existen actualmente medios de comunicación de alcance nacional que pertenezcan a los pueblos indígenas y donde se represente su cultura?

Los pueblos indígenas están mal representados en los noticieros peruanos e internacionales. El reciente escándalo de la semana ha sido la discriminación contra los indígenas bora por parte de algunos medios de comunicación chilenos. Sin embargo no hay que viajar hasta el lejano sur para constatar que el racismo y la marginación se dan también en los medios de comunicación peruanos. ¿Dónde están las radios o canales de televisión de los indígenas bora, para que puedan defenderse de los estereotipos que les han endilgado o por lo menos expresar su opinión sobre el caso? El actual latifundio mediático ─especialmente en la televisión─ ha arrinconado a los pueblos indígenas a medios ultrafocalizados o radios distritales de poco alcance y en condiciones precarias. Optar por una frecuencia de televisión de nivel nacional y en señal abierta es imposible actualmente, no solo para los pueblos indígenas sino también para los ciudadanos, como usted y como yo, que no contamos con el poder económico suficiente para comprar una licencia. Y el Estado también ha mostrado una olímpica indiferencia ya que no promueve un acceso democrático a las frecuencias y medios de comunicación.

Mientras tanto continúa la invisibilización cultural de los pueblos indígenas. En la actualidad tenemos siete canales de señal abierta en el país ¿Se ha preguntado alguna vez cuántos minutos de la programación diaria dedican los dueños de los canales a transmitir un programa o una noticia en idioma quechua, shipibo, aimara o de otra lengua? ¿60 minutos al día? ¿30? ¿5? ¿30 segundos? Encontrar la respuesta haría que nos deprimamos.

El Mecanismo de Expertos de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas ha realizado una investigación sobre el tema y ha concluido que los medios pueden ser una herramienta esencial para el respeto, ejercicio y protección de los derechos indígenas, así como la revitalización de las lenguas indígenas, especialmente en la educación de los niños y niñas indígenas. (3)

Sería saludablemente democrático que los actuales medios de comunicación abran sus puertas no solo a la cultura, historias y vida de los pueblos indígenas sino también a los indígenas mismos, con narradores, conductores y periodistas que representen esa diversidad multicultural de la cual muchas nos ufanamos de boca para afuera, pero que en la realidad ─y a la hora de la hora─ obviamos desvergonzadamente.

Pero, incluso, lo más importante es que los pueblos indígenas puedan contar con sus propios medios de comunicación, contar con licencias y frecuencias de alcance nacional. Esa sería una verdadera revolución mediática.

(1) http://servindi.org/actualidad/70019
(2) Es una conocida palabra en inglés para definir a un presentador de noticias de radio o televisión que lee o presenta un noticiero. ¿Por qué no también una anchorwoman?
(3) http://servindi.org/actualidad/70091

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